3/13/2017

Impresionante: La pereza del chileno

Iba yo feliz y apurado a tomar el metro. Se veía gente alrededor y un tránsito un poco mayor al usual. Iba a tomar el tren partiendo desde atrás, por la terminal estación de Los Domínicos. 

Entrando por esas modernas cuevas del transporte, me veo enfrentado a la decisión en mi descenso a la boletería; si tomar escaleras mecánicas o las escaleras simples.

Las escaleras automáticas eran las preferidas por la gente. Aun cuando era un descenso, las personas se apretujaban y empujaban por un par de centímetros cuadrados sobre el metal que avanzaba solo. La cola, salía a la vereda peatonal.

En cambio, nadie, ni una sola alma bajaba por las escaleras normales, de esas que usamos los comunes y corrientes. En lo personal, yo las prefiero por dos motivos; son el mínimo ejercicio diario y reniego a las masas, sobretodo cuando mezclarse con ella es un acto intrascendente.

Pues bien, comencé mis pasos en la escalera. Yo las bajo como saltando. Me fijé en un tipo que estaba paralelo a mí, pero en la mecánica. Desde el inicio, como una competencia. Cuando yo ya había pisado suelo seguía en la mitad del trayecto. Mirando hacia arriba, la escalera sencilla había sumado un par de comensales, mientras la electrónica seguía abarrotada.

No pude encontrar una explicación solo que el chileno prefiere sentir la tufeta del prójimo y manos ajenas por todos lados por sobre bajar unos cuantos escalones con sus piernas. Impresionante.

3/07/2017

El Dictador

Un viaje fallido. Avión cae en selva centroamericana. Gobierna un dictador. Soldados rescatan a los sobrevivientes y los muestran al pueblo como actos de voluntad política. Entre los sobrevivientes están dos hermanos. A todo el grupo lo denigran con trato esclavista. Los desafían a competir para vivir hasta que llega la gran prueba. Es a muerte. Hay que pasar por pantanos, muros y una plaza minada para cerrar con una pelea vital que proclame el ganador y que sería ascendido como asesor del dictador. Los siete pasaron el pantano. Uno murió en el muro al caerse y golpearse la cabeza de rebote mientras caía. Otros dos murieron en el campo minado. Los dos cayeron por la misma pendiente que los esperaba desde su base en el subsuelo. De los 4, había dos hermanos de aproximadamente 30 años, más una mujer más joven y preciosa aún con los harapos y el rostro camino a desintegrarse. Un hombre mayor de unos 50 completaba el cuarteto. Quedaban dos pruebas; la corrida por la presa y el combate mortal. En la de velocidad los jabalíes estaban sostenidos desde atrás. Hace dos semanas, desde la caída del avión, que no eran alimentados. Estaban hambrientos y se lo rugían a cualquiera. Cuando comenzó los soltaron.  El primer impacto fue cuando ella cayó y los hermanos organizados se devolvieron a levantarla. La punta la llevaba el mayor, que poco a poco se cansó, fue cediendo terreno hasta ser superado por los familiares y finalmente por la dama hermosa. Un jabalí malintencionado le mordió el tobillo y el hombre cayó, muriendo devorado por otros animales sin piedad. Los tres restantes llegaron a la meta. Les pusieron unos guantes de boxeo y refregaron a cada uno la cara con una esponja áspera. Llena de tajos y raspones la de ella relucía con el brillo espejo de gotas de agua contra el sol. Los hermanos se miraron desconsolados. Uno la sostuvo desde la cintura hacia abajo, el otro parado detrás la ahogó. Ambos dejaban que lágrimas gruesas recorrieran sus contornos. Devastados soltaron el cuerpo imberbe. Las rodillas golpearon el suelo y de frente con los senos como escudo el cadáver se desplomó. Un silencio de un segundo. Los vítores de una audiencia morbosa callaron. El dictador no dio pie y mandó a su capitán a que con sus uniformados encerraran a los hermanos obligándolos a batallar entre ellos. A cada grito los militares avanzaban unos centímetros con sus lanzas pulidas por delante. Cada paso sacaba un grito eufórico del público. Los hermanos no se inmutaron. Con ojos reventados se decían todo. Los labios les tiritaban pero no emitían sonido. Les valió unos ocho pasos hacia el centro para atravesarlos con las armas. Juntos, con la base de fierro desde la espalda de uno pasando por el estómago del otro, el mismo fierro. Los ojos se apagaron como una vela en ventisca. El tumulto quedó expectante. Aquel nunca supo que eran hermanos y que los afectos son más fuertes que el dolor.

3/06/2017

La hipocresía desconocida

Suelo discutir de política con una persona en especial muy importante en mi vida. Yo, desde mi parcialidad, le recrimino ese vendaje transparente que tienen ciertas personas para negar lo obvio y defender posiciones ilógicas.

Pero en mi análisis, he olvidado un tema clave de la política; la representación. 

Aun con los años transcurridos, no puedo entender que esta persona defendiera a Pinochet como probo y honesto cuando ya se había explotado el caso Riggs, ni cuando tiempo después los detenidos desaparecidos y el violento régimen militar quedaron al desnudo mi contraparte seguía en el escalón dos; negación.

Hoy, Andrónico Luksic, el hombre más rico y poderoso de Chile está de moda por su participación en Caval y en Alto Maipo, por su conflicto con el diputado Gaspar Rivas y recientemente, por su video en Youtube o su entrada a Twitter.

Se hace difícil conversar con esa persona -fenómeno espejo de los fanatismos- que le entrega una inocencia, veracidad y respeto a este señor Luksic, casi, en un ingenuo estado per se. No creo que sea un delincuente, pero si ha sido responsable de mucho y negar eso, es partir el foco en la vereda equivocada.

Como dice Mosciatti, el error de Luksic no fue recibir a Natalia Compagnon, sino darle el crédito. Su error fue meterse en Alto Maipo, un proyecto altamente cuestionado desde el principio y después salir con una serie de argumentos económicos que no se condicen con la realidad. Su error es negar hechos y amistades que ya están comprobados. Su error es cambiar su imagen como si fuera una prenda de ropa. Con detalles, dejemos al experto. Mi tocayo habla de Luksic acá, acá y acá. En ellos, explica mejor que yo por qué hay derecho, de al menos, a cuestionar al Sr. Andrónico.

¿Por qué todo eso? Pues bien, el dinero da poder y el poder una responsabilidad. Si juntas todos los empleados que tiene el grupo Luksic son miles de miles y este puro clan es aproximadamente el 5% del Producto Interno Bruto (PIB). Su influencia en lo que sucede en el país es importante, con muy pocos actores de un peso algo similar; Mario Kreutzberger, Agustín Edwards, Eliodoro Matte, Ponce Lerou y Sebastián Piñera, principalmente.

Y es que, esta gente, de la que hablo al principio, inconscientemente defiende lo que les es propio. No es un comportamiento razonal, sino más bien una respuesta natural de identificación. Ellos defienden a pesar de contradecir su discurso porque no lo hacen por los hechos, sino por sentimientos. Es un paralelo de verse en la misma.

3/04/2017

Carlos se preguntó

Mario se levantó despacio. Con sus manos sucias resbalosas y empolvoradas se limpió su rostro moreno, muy peculiar por una cicatriz que recorría su frente sobre su ceja izquierda más su oreja derecha rota, con un hueco al aire, su rostro derrochaba carácter. 

Miró hacia arriba y se pegó una pestaña. La luz era intensa y profunda. Suficiente para causar una leve molestia en sus ojos cansados que regresaban del absoluto.

Comenzaba su rutina diaria de recolección. A su izquierda los automóviles pasaban a altas velocidades cuando la verde se imponía, pero cuando llegaba el turno de la roja las filas de los parachoques se sucedían casi pegados unos con otros. Aunque no era práctica habitual, solía observar al interior, a través de los cristales, preguntándose de la vida de los pasajeros mientras armaba historias en su cabeza que jamás eran contadas.

Aquel día era pleno invierno. Hacía frío y se anunciaba lluvia. Su aliento parecía humo y se esfumaba al instante hasta desaparecer. Él tiritaba y prendió un cigarrillo de los fuertes, -me quedan solo dos y mi próxima compra será dentro de 14 días-, se lamentó, pero cuando se lo colocó en la boca asumió su decisión. Se alegró.

Desde su perspectiva, los peatones se veían como hormigas gigantes bajo el techo transparente de la instalación. Cada vez que un microbus se acercaba al paradero se oía un rugido desagradable, por ello, era común el estirar sus manos a la cara para alcanzar sus oídos en el intento de bajar algo el volumen.

Aspiró la última bocanada aún sentado y lanzó la colilla al cemento. La vio caer y rebotar.

Su colchón ya estaba duro, pero era suyo, lo único que poseía. Y su carro, abajo amarrado con una pitilla roñosa. Un cordel que reutilizaba cada vez que caía la noche y se disponía a dormir.

Su día esta vez tendría una sorpresa no menor. 

Ya eran las 11 de la mañana y el clima inclemente persistía al mando. Caminaba con un ritmo parejo y una expresión regular. Seguía con la cara manchada y sus manos negras. Recogía mucho de lo que encontraba hasta que pasó lo inevitable. Para algunos se llama destino.

En una maniobra extraña y riesgosa por el hielo que se había acumulado sobre las calles, un nissan v16 negro le pegó de frente a unos ochenta kilómetros por hora. Bastante impacto para que el hombre diera un brinco involuntario y cayera dos metros como un muñeco.

La gente comenzó a gritar y uno a uno se replegaron los que andaban en el lugar en el momento del accidente.

Cuando despertó estaba en un hospital. Mucho blanco brillante se veía a su alrededor y otros dos compañeros de habitación, al lado, en sus camas. Le dolía todo y no podía moverse. Tenía máquinas conectadas y un respirador.

Trató de hablar, pero sentía como si una espada lo atravesara. Una espina que pinchaba a cada esfuerzo su cuerpo a maltraer. Con esfuerzo, el sonido salió de su boca:

- mi carro-. Eran palabras que se interpretaban. Un mensaje que se decía sin claridad y se perdía abandonado a su suerte, desatendido.

Mario repitió:

- mi carrito-. Un suspiro pudo realizar. 

- Y mi colchón-. Su corazón empezó a latir con mayor fuerza y velocidad. Le dolía cada vez más. Como un alto de funciones sintió cuando los pulmones ya no renovaban el aire y tras conseguir levantar el índice unos centímetros, su ritmo cardíaco se detuvo.

Nadie supo quien era. Ni su procedencia ni su vivienda. Ningún documento tenía en su poder. Su colchón se quedó como parte de la decoración del barrio arriba del paradero. Su carro confiscado se olvidó.

Su vecino y único amigo verdadero, Carlos, con los años, se preguntó el destino de su compadre, ingenuo del accidente que lo había separado de la única persona con la que había entablado una conversación de más de quince minutos.

1/31/2017

Australia producto de los australianos

Soy periodista y me cargan las notas tendencias escritas por alguien que no entiende nada del tema. Yo hice ese viaje. 

Los chilenos ABC1 que se van son en su mayoría lacras; destruyen la cultura y transportan los mismos vicios que tienen acá; robo hormiga, el vivo que se caga el sistema, el que cree que el abuso es un formato válido, prepotencia –a más de alguno le escuché cosas como: “si supiera quien soy yo”. Eso si estos chilenos algo aprenden. Pero por nada del mundo se enfrentan asimismos, son más bien unas vacaciones extensivas tras terminar la universidad. No pasan más de 6 meses en lo duro y fuerte -pegas mencionadas llamadas casuales- y se van pronto al sudeste asiático donde la plata les rinde –otra que me llamó mucho la atención es que casi todos tienen plan B solventado por padres con tarjetas de crédito con las que complementan, en especial las mujeres que prácticamente no viven ninguna situación límite-. Pero en el sudeste con suerte se pasean por los templos y se la pasan en playas borrachos. Conocí cientos así, patrones impresionantemente repetidos. Representantes estos niños mimados de una sociedad enferma con todas sus letras.

Obvio que hay diferentes. Que son minoría como los que fueron a vivir fuera del sistema, sea allá o acá o yo mismo que busqué las experiencias más intensas y vivir el viaje como si fuera lo último en mi vida. Diferencia además marcada por las castas; todos los B2 para abajo eran esforzados y tenían otra actitud.

La diferencia es radical. Australia tiene el sueldo mínimo más alto del mundo, es de los 3 países que más cuidan el medio ambiente, tienen una ley que controla la brecha entre el que más gana y el que menos gana al interior de una empresa, son progresistas de los de verdad, creen en el desarrollo, pero sin egoísmos personales, son educados por voluntad, el poder está bien distribuido y concentrado localmente –las juntas de vecinos definen su barrio-, incentivan la felicidad y el desarrollo creativo -la rebeldía y la irreverencia se ven con buenos ojos por los mayores-, los valores básicos son inalterables en la cultura del país –principios como justicia, igualdad, fraternidad-. Los animales son considerados seres vivos, tan vivos como los humanos y hay un paralelismo notable. Las empresas están para ganar plata, pero no al costo que sea; tú vas al super y tienen todas las cajas disponibles y habilitadas, vas al banco y te atiende una anfitriona no pierdes ni 5 minutos, los servicios básicos están tan fiscalizados y regularizados que no se te ocurre dudar de la cuenta –nunca escuché un abuso-, el consumidor se le respeta como al rey del comercio porque él manda –devolví productos que no me convencieron y en la caja no me pidieron ni boleta ni nada, me sonrieron y me devuelvieron la plata sin mayores preguntas-, etc. Los supermercados por ejemplo ponen un sector con cosas con descuentos, con sobre stock o cerca de fecha de vencimiento –no un día antes como acá- y hacen descuentos ridículos de 80-90%, muchas veces más baratos que a precio costo lo que ayuda a comer barato si se necesita.

En general, si un aussie te dice algo lo va a cumplir, si una institución o empresa dice algo lo cumplen. Eso los hace una sociedad seria y responsable, pero lo complementan con humor y relajo, nada es tan grave allá como todo lo es acá. Otra cosa importante, son autosuficientes. Como país, genial. En caso de guerra mundial Australia se puede abastecer y defender sola, a pesar de sus acuerdos en el Commonwealth. Esto es, tienen producción interna de tal nivel y variedad que no dependen de terceros. Chile en caso de guerra podríamos comer pura fruta, pero nada se produce acá. 

Aunque hay mucho de mito y visiones erróneas. Los australianos no aceptaron ni respetan a los nativos; los blancos son tremendamente racistas especialmente al salir de las ciudades. El Estado les pasa una tarjeta de crédito y así subsisten, subsidiados. Solo pueden comprar ciertos productos con esa tarjeta y le escuché a muchos decir que esta era una forma a largo plazo para eliminarlos. Esto también tiene su punto; los aborígenes son en su gran mayoría borrachos de plaza, muy gritones y escandalosos que no hacen mucho por el bien común. Es un tema complejo, pero para nada resuelto como creen. Mejor caso en este punto es Canadá –y ejemplo en el mundo entero-, que efectivamente no son racistas y les generaron como una mini nación a los indígenas donde ellos pueden optar a las influencias culturales y su evolución social.

Otra cosa que hace la diferencia es la libertad. Aparte de que a nadie le importa el qué dirán, realmente hay un respeto a la libertad. De partida, cada uno puede ser y ejercer donde desee –nuevamente el Estado es protagonista, te ayuda si confía en tu perfil-, y las personas van donde sus pasiones los lleven. Esa libertad se nota en las pegas –te dicen que esperan de ti y que debes conseguir, te dan tips y recomendaciones, pero no te dicen cómo hacerlo- las relaciones son horizontales; vi a gerentes sentados almorzando con los obreros felices de la vida compartiendo –también vi un par de hermanos que uno era gerente y otro obrero y eran los dos dueños de la empresa y ganaban lo mismo-, la policía uniformada considera a los civiles como civiles inocentes y tienen criterio, no se les ocurre usar agresividad, excepto que sea necesario.

En fin, pienso que los puntos clave son: libertad, alta valoración a principios básicos -indiferente a religión-, humildad, carencia de egoísmo, visualizan el bien común y lo practican, son honestos, es un país muy seguro y una sociedad muy humanizada. Pero aparte, sí que es una sociedad neoliberal con muchos de sus vicios y el consumismo con la obesidad son problemas gravísimos.

1/26/2017

Chile: esto es más que eso

La crisis de Chile se replica en el mundo por área o por industria, pero no integrada. Esto es un absoluto.
Gamba.cl

La crisis de Chile incluye desigualdad tributaria, desigualdad de salarios, empleos indignos, empleabilidad desregularizada de técnicos, casuales y profesionales, extrema maximización de las utilidades inconsciente y anti ética, ejercicio dominado por los protocolos y la burocracia,  justicia y parlamento manipulados, el deporte como un problema de costos, el medioambiente como un cuento bonito de fantasía, centralización explosiva, democracia inventada de mentira, minorías aplastadas, colusión por redes, artes suprimidas -libros y otras manifestaciones con IVA e incluso otros impuestos asociados, pero el precio más barato de LATAM en cigarros y alcohol-, mafias locales, flaites -de los callejeros y de los peces gordos- que se toman zonas con autoridad y hacen daño a diestra y siniestra, instituciones uniformadas que caen como soldaditos de plomo en el sistema que los abraza con sus vicios, políticos que todavía discuten polarizados -y además no hacen la pega-, personas angustiadas y asustadas y que por lo mismo replican los abusos de los que son parte -con el mismo egoísmo que recibieron de otros-, débiles como nación en educación y en salud, poderosos en FFAA y potencia mundial en salarios del Estado, un país sin desarrollo real dependiente de las materias primas, ayudar -como los bomberos- es un acto voluntario y personal, con un SENAME desastroso -de las instituciones más importantes para el país-, un Sernac sin autoridad que es como un bufón en sociedad, bancos y gigantes del retail que se coluden a voluntad y tratan a los consumidores como moscas molestas, candidatos que ya fueron -¿como es posible que personajes de un pasado obsoleto sean la promesa del futuro?-, servicios básicos que abusan de sus usuarios a diario -revisen reclamos de las telecomunicaciones, de gas, agua, luz, es impresionante-, una justicia condicionada por sensaciones -para que decir que aún existen los notarios-, generaciones incapaces de conversar entre ellas -la intolerancia hereda como práctica-, pueblos de gran valor cultural que el mercado hace desaparecer, miles de operadores políticos que solo calientan asiento, empresas que no se responsabilizan por el entorno -movidas por sus líderes ejemplo de codicia, arrogancia, avaricia-, políticos que funcionan en base a la próxima elección -suelen patear los proyectos emblemáticos y conflictivos al siguiente-, manifestaciones populares que suman cientos de miles, pero que no producen ningún efecto más que una nota en el diario o unos segundos en TV, discusiones estériles que colapsan los canales informativos y la escasa conversación, apatía total de todas las autoridades del país públicas o privadas, gente que quiere hacerlo mejor, que invierten su vida y sus recursos y lo único que encuentra es adversidad intencionada, monopolios concertados en varias de las principales industrias que arrasan con los pequeños como si fueran tsunamis comerciales.
Todos los países tienen problemas. La larga lista mezcla situaciones de niveles diferentes. No hay comparación con el vecino que exista.

Soy patriota reconocido sabiendo lo que dicen los autores del concepto -soy por nuestro pueblo, nuestra geografía, nuestra historia- y creo que en Chile llegamos a un nivel intolerable e inaceptable de abuso y de corrupción, de malas prácticas como único formato.

Creo que los grandes y poderosos empresarios han hecho mierda nuestra tierra -y no solo eso-, creo que los políticos han sido actores protagonistas de esta destrucción y creo que los medios, encargados por escuela a ser actores de equilibro y apoyo social, han sido unas lacras dependientes de los otros poderes y presas del sistema y del mercado son morbosos y básicos.

Creo que la marea roja, las termoeléctricas y otras fábricas, los incendios, los aludes del norte, la crisis forestal; todos desastres piezas del mismo engranaje, tienen responsables con nombre y apellido, pero ellos NO están tras los barrotes. Y todos son desastres responsabilidad de industrias específicas.

Creo que Chile ha sido muy ingenuo y ha permitido mucho. Y creo que lo seguimos haciendo, eso debe terminar. Hay mucho ruido, la gente está enojada, pero lo que se ve después es que por influencia material las personas votan como les ordenan y luego de comenzar los mismos como externos, -sangre nueva inocente- ingresan al poder y se corromper como sus antecesores.

Creo que hoy esto es una oportunidad, pero me aterra pensar que aún hay algunos que piensan que este tren va bien o que creen que pueden pasar sin involucrarse, que no les llega, que no los alcanza. Algunos que piensan que esto es pasajero -no lo es, prácticamente todos estos lamentables resultados son producto de estamentos legales o de una herencia que funciona como un legado en grandes instituciones- y por tanto; hay que cambiar la constitución y leyes, no es un tema contingente, si no histórico.

1/25/2017

Primer mártir bomberil de la historia de Chile

Hernán Avilés tenía 27 años y vivía en Talagante. Estaba casado y tenía 2 hijos. Era voluntario.

Hoy muere uno que para mí merece más que cualquier figura, más que cualquier otro que tenga esa estatua frente a la plaza de armas local. Hoy muere un ícono de lo que ha sido en este país un espíritu permanente de colaboración ante la tragedia que nace y se genera desde las bases de la sociedad. Una conmoción extendida que se repite en nuestras catástrofes periódicas. Pero esta vez es especial, no hablo de responsables, si no de culpables con nombres.

Este joven bombero merece una posición en nuestra consciencia, en nuestro relato y nuestros libros de historia. Como un héroe que no midió consecuencias salvando a una familia en desgracia bajo las llamas, por hacer algo que superó su humanidad. Así otros más han caído antes y seguirán cayendo –por el honor según las palabras de sus compañeros- en esta batalla provocada, pero insisto, que este caso va más allá.

Yo tuve muchas dudas de la capacidad de ciertos para quemar nuestro país a voluntad, tuve que derrotar esa ingenua esperanza que tanto cuesta cultivar por estos lados. Las pruebas se muestran contundentes. Y todo se debe a un decreto de 1974, el 701, el de mayor daño forestal en la historia de Chile.

Me produce profundo dolor concluir que compatriotas, indiferente a sus burbujas, fuera de cualquier análisis que se pueda hacer de ellos, hay algunos que destruyen propiedad natural como en una película de ciencia ficción.

Gente de terno, que visitan iglesias, que ponen a sus hijos en grandes y tradicionales colegios, que van a reuniones sociales desvergonzados, que veranean en comunidades más amplias con las cuales construyen lazos, que realizan los trámites como si se disfrazaran de ciudadanos.

Codicia y ambición representada en unos clanes específicos. Que callados llevan décadas explotando inescrupulosamente este hermoso territorio. Hoy son Matta y Angelini, ayer Luksic, anteayer Horst Paulmann y así sigue. Hoy son los incendios, ayer la colusión, anteayer la corrupción. Más la negligencia como constante.

Hernán falleció por la culpa de ellos. Directa de ellos. Y eso es imperdonable. Hoy declaro, aunque a nadie le importe un carajo, mi virulencia sin respeto. Repudio.

Este hito debe cambiar el rumbo del país. Si no, no hay Chile.

1/23/2017

Solo existe la reflexión del amor

Puedo escribir en minutos lo que sentí en pocos segundos. Y es que, yo sé mucho, de allá y de tal que, pero a veces hay pequeñas piezas del conocimiento que se pierden, se extravían. En general, nadie sabe porque, ni como. Por lo común, uno nunca espera. Suela juega, suela baila.

Pocas veces en la vida, los románticos de las letras tenemos la oportunidad de estar con ella. Y es que, cinco son suficientes para saber que esa sonrisa debe ser tuya, que esos ojos debes mirar a diario, que esas manos merecen tu piel. El amor platónico no existe. Y no es real por algo sencillo; la única posibilidad que merece su belleza en categoría de amor es sentir la corriente. De la energía. Cuando es verdadero produce escalofríos y cuestiona tu estructura. No sabes porque, tampoco como reaccionar. Ante los engaños, prefiero morir como poeta sin respuesta a caer, que morir sin decir.

Uno sabe, dicen que uno lo siente. Pero no funciona así, uno sabe por el recuerdo de ese rostro, por esos segundos que quisiste congelar, pero que ya no son tuyos y ese es el fin. Pasa rápido. Y lo pierdes. Y hoy no quiero perder. No lo se aun y quizá no lo sabré, pero hoy no quiero perder. Y quedas mirando un más allá sin contexto, preguntándole a la luna  si es posible sentir así. Si esta bien. Pero no lo está, mientras la chispa no confunda a varios, no lo está. Y se pierde. Por allá.

1/18/2017

El ahueonaje en los formularios

En el mundo digital de hoy Internet es muchísimo más que un canal de comunicación, es más bien una plataforma de interacción con el mundo que aunque sea virtual sus alcances se hacen concretos en la realidad.

Como esta interacción se proyecta, hay dos cosas que me suelen llamar la atención en el proceso.


La primera de ellas es cómo los de registros aun con el avance del Internet siguen pidiendo datos obligados que están obsoletos por el avance de otras tecnologías o cambio en las condiciones. Aun relleno a diario formularios en los que el teléfono fijo –por ejemplo- es obligación y, sino lo agregas, el formulario no se guarda y no pasa a la base de datos (BBDD). 


Por supuesto que esto tiene una mínima lógica informática que se contradice con la relación que el sistema comercial mantiene con sus usuarios. 


Esta lógica informática es que obligando los campos se obtiene una BBDD datos uniforme, en las que está toda la información posible para usarse internamente o venderse a terceros. Y acá hay otro punto de impacto, ya que la mayoría de los usuarios no tienen idea que muchos de esos formularios aparentemente casuales y sin importancia, registran datos que después son lanzados en el mercado. Los usuarios se fijan en Apple, Samsung, Google, Adobe, Facebook, etc pero no en la cola larga que es, a fin de cuentas, la que más importa en este punto.


Otros formularios que rallan en lo ridículos –acá una perspectiva más subjetiva- son los de postulaciones de trabajos en línea en sitios como Laborum, Trabajando, Reqlut, CompuTrabajo, etc. En esos formularios se plantean preguntas que son hasta divertidas: por ejemplo, vi hace poco una para postular al cargo de gestor de contenidos de PayPal. La postulación contenía dos preguntas: renta -hoy en día parece que se paga según candidato y no según cargo. Así, las empresas tienen el sartén por el mango-. Y la otra era ¿Por qué te gustaría trabajar en PayPal?


Creo que es muy probable que las respuestas sean instantáneas: hacer lo que me gusta hacer –en este caso, crear contenido-, trabajar en una empresa internacional seria y responsable, proyectarse o estabilizarse, aumentar valor del currículum, afinidad e interés en finanzas y contabilidad, etc.


Dudo –y menos en este país- que reciban respuestas originales a una pregunta de cartón. Dudo que alguien responda algo así como: porque mi primera compra al extranjero la hice por PayPal; o algo así como porque sigo desde años a Elon Musk –fundador-; o porque la tecnología de la empresa es líder en el mercado.


A las personas que hacen y definen formularios por favor, les ruego que pongan leve atención a los que uno llena de aplicaciones top. La diferencia es clara; hacen la menor cantidad de preguntas posible y solo cuando son vinculadas al interés directo para ellos o no la colocan; son rápidos y breves –sin introducción y preguntas capciosas-; tienen lógica interna.


Me imagino que aún estos generadores de formularios tienen en su cabeza esa burocrática hoja de papel llena de preguntas que te pasan en el registro civil y al parecer, ignoran que lo que hacen lo hacen para Internet, un canal donde casi siempre, menos y simpleza es más.

1/16/2017

Tomas: el trasero más duro del condado

 Hay gente que sabe cómo ponerse el traje de su existencia. Quemando etapa por etapa estos personajes son ejemplo de perseverancia, coherencia y fortaleza. Son lo que imaginaban ser y están donde imaginaban estar. 

Son también de esos con un sentido de comunidad, como ese doble cinco con amplia visión de campo, siempre dispuesto a compartir el balón, incluso a ceder el gol, porque no le importa la fama, le importan los valores.

Así, por lo común con una sonrisa, Tomás deja la estampa de un hombre que ha sabido ser el mismo: se come su profesión con método y pasión, supera la tristeza con acción y deporte, sueña y cree y visualiza como ninguno.

Él juega la vida con esa camiseta puesta, desafíos y adversidad incluidos, es un amigo que sacrifica su bienestar por el tuyo –eso lo hemos visto por años-. Es uno de esos amigos de entrega espontanea, solidario para estar cuando otros evaden. Un enorme y valioso recurso en la fraternidad.

Un líder único en su especie; energético, constructivo, motivador.
Tomás inunda el entorno y con su voluntad por delante –de eso estamos muchos agradecidos- consigue habilitar el espacio con sus propias cualidades.

La logística es su tema, él organiza los ambientes con ese acelerado relajo que le es tan propio; el asado, el alojamiento, provisiones y alimentos, los arreglos y detalles. Sin él, solemos fallar en algo.

Con los amigos se ganó varios títulos de nobleza, el que más me gusta en lo personal es “el trasero más duro del condado”, aunque varias más. 

Hace un tiempo que se ve bien y es en ese estado de máximo esplendor, en pleno camino a la gloria fue cuando la conoció.

Yo, con lo que sé, me gustaría comentar y dedicarle a la Coti una sabia pequeña frase que le escuché a mis viejas mujeres –a mi parecer sabia, pero un poco machista-: la mujer, como compañera, debe potenciar tus virtudes y minimizar tus debilidades. Si no, no es la mujer para ti. La que se complementa a otra gran cita de mi cosecha: detrás de todo gran hombre hay una gran mujer.

En este caso esos principios se notan, estoy seguro; mi amigo hoy es lo mejor de sí mismo; su mejor versión; mino, tranquilo, potente, bueno, en verdad sobretodo mino. Pero lo más importante, es que tiene el control en su poder y eso, eso es invaluable.

 Además tiene un gran pilar que lo sostiene y que ha dominado su vida: saber que con esfuerzo el límite es un abstracto.


 Un beso Tomacho, la barra te ama y lo seguirá haciendo, ¡¡¡felicidades juntos los dos!!!

1/09/2017

El cartón cede a la decepción

Quiero gritar. Me salta el núcleo de las emociones, la cápsula de nuestra humanidad.

Aquí estoy en mi mejor versión, sufriendo por decisiones ajenas, acuchillado y abandonado.

Es impresionante como las personas sorprenden. La hipocresía como motor de un relato inventado. Como cuento infantil. Como historia de terror. 

Tengo frío del de verdad y el de la mente, la piel como órgano que es, helada y desatendida, receptora de la indiferencia, filtrando muchos de los rayos que perforan más que la imagen.

Confundido, derrotado. Sin saber, saboreo mi amargura. Apoyado en un espacio que no contiene, en un silencio que otorga. Botado en el suelo de la felicidad a pesar de haberme apropiado de ella hace no mucho.

Es difícil la respiración. Me falta aire y cavidad. Fuerza de circulación. Carencia de.

Tengo los ojos implosionados, veo el rojo brillante en ellos, representantes de la esencia en vibraciones de un lamento enternecedor. Quemados en la desesperanza ambigua, en la pérdida de lo que nos conforma, lo que se arma para más.

Lazos enormes construidos en un hoy cartón mojado que cede voluntarioso. La estructura de mi sombra se desploma y se borra su silueta. Ya no se sostiene como apoyo detrás. Ya no tiene sentido, si es que alguna vez lo tuvo.

El impacto del dolor

Hace muchos años que no me sentía así; del alma traicionado.

Recuerdo abrazos fraternales hablando de hermandad y lealtad, principios basureados y reducidos a un presente efímero.

De lo que hoy me he enterado trastoca mi concepción de todas mis relaciones. Se acabó en seco la magia de recuerdos engañosos. Memorias falsas ya sin valor.

La profundidad del daño solo puedo escribirla, no me da para comentarla. Lloro sin lágrimas en la tristeza oscura. Me destrozó la incomprensión, mi nombre fantasma en una lista de varios, sin empatía.

La cuna olvidada, la historia para el archivo. La consciencia integral, vacía.

Herido de guerra estoy y muertes he presenciado. Ya no hay distancias en mi mapa. Desaparecieron los puntos. Los que nos unían.

1/06/2017

"No se le puede decir nada"

Creo que en mi vida me han repetido eso un millón de veces. Rara vez un amigo, una que otra vez conocidos con otro tipo de relaciones superficiales, pero principalmente, familia.

 Este núcleo, suele repetir y en su funcionamiento ha definido en la historia quien es quien dentro del grupo, cometiendo un error que me parece letal; producir etiquetas tan enraizadas y radicalizadas que el receptor -niños y jóvenes- termina por creyéndose lo que le dicen aún cuando crea que no la merece o que no le es propio, si no que proviene del exterior.

 En más de 2 años de viaje no hubo ninguna persona que me dijiera algo ni cercano, ni parecido, ni en el mismo nivel. Nadie. Zero. Non.

 Por otro lado, si que he escuchado a otros compatriotas decir eso de otros, 99% de las veces al interior de Chile.

 Con ello concluyo dos cosas; la primera es que por un lado las etiquetas no te hacen y son una "falla" involuntaria en la constitución familiar. 

 En segundo lugar, decir: "a este no se le puede decir nada" es algo de nuestra idiosincracia, una característica a la defensiva para nada positiva en un pueblo que carga con muchos vicios - demasiados a mi parecer- que además, nadie común entiende como se han instaurado tan profundamente en la sociedad y en el legado que se transmite de una generación a otra.

 Muchos me han dicho mucho y nunca he reaccionado por un mensaje individualizado más que con una respuesta colateral. Hay algunos que hay que hablarles todo entre algodones porque al parecer ante ellos salirse de cualquier estándar es una complicación. Yo hablo fuerte porque soy sordo y soy pasional, no porque esté enojado. Excepto, escasas ocasiones cuando hay una reacción a un hecho, lo que es distinto.

 A mi entender, decir y tirarle ese palo a otro lo traduzco como una carencia de recursos: "no se como decirlo, pero necesito hacerlo". Entonces como no saben cómo decirlo le atribuyen la culpa a la contraparte. El gran problema es la reflexión ¿Cuántos son capaces de reconocer algo así?

12/23/2016

Una escapada es una puerta

Le dije que lo escribiría y me gusta cumplir lo que digo. En especial, cuando las palabras se unen solas en una página en blanco.

La salida fue caótica. Hace meses pensaba ir a ayudar a mi buen amigo quien se construía su casa a pulso. Necesitaba además salir de la ciudad y respirar otro aire, más viento, brisa y oleaje.

A ella la conocía poco. Más que nada unas dos largas jornada de conversación, risas graciosas y espontaneas. Afinidad.

Y es que eso último es para mí lo principal cuando uno conoce a una persona. Estoy seguro que nuestros cuerpos influyen de forma directa en la apreciación que hacemos de los que conocemos. Es como un conocimiento instintivo del ser humano y me imagino tendrá que ver con estados salvajes y un primer filtro ante el peligro.

Me cuesta que ellas me llamen la atención. Las veo triviales, en mundos idealizados que no existen y con actitudes que más parecen telenovelas que realidad. Entonces cuando aparece una distinta, de inmediato se prende una alarma. 

No me pasaba hace años. Hasta ahora, ya hay bastante que no me pasaba hace años.

Ella expuso las señales con su sonrisa fácil, con su voluntad y disposición, con su paciencia y tolerancia. Con una personalidad única, infantil, creativa, lúdica y con humor. 

Muchos creen que yo soy inmaduro porque justamente proclamo y defiendo esa forma de vida; recordando siempre ese espíritu de niño, la jovialidad, la simpleza de la belleza en detalles que comúnmente pasan desapercibidos.

Respondió con todo eso y más. Una noche, acostado, no podía conciliar el sueño. Apenas la conocía, apenas la había visto, pero su voz resonaba como un eco profundo en la habitación. Ahí supe que algo pasaba, algo ya anormal para mi costumbre crítica, independiente y rebelde.

No hubo mucho tiempo para definiciones. Las cosas fluyeron con naturalidad como debe ser cuando en verdad es. Ella aceptó sin excusas. Y la sometía a pruebas a cada segundo; dejándola sola con terceros o en la calle, apurándola, llevándola a locales de baja monta y caminando largas distancias. Me fascinan las pruebas, es una manera bastante válida de obtener grados certeros de compatibilidad.

Caminó sin quejas y tuvimos silencios sin lamentos. Al llegar, fuera de mis problemas que se acarreaban desde mi estrés y mis emociones, desde esa entrada al restaurante de un amigo el paseo avanzó como solo sucede cuando la historia es la correcta.

Alojamos gratis donde este amigo que sin reparos ni protocolos nos recibió. Tuvimos esas conversas nocturnas con las que me deleito. Luego esos toques románticos que la piel codifica y transmite al cerebro. A esa altura yo confundido y con miedos, superando inseguridades y viejos recuerdos.

Claramente a ella le pasaba similar y creo que eso fue un fuerte nudo en un inicio espontáneo inesperado. Pero es que como negarse a una mujer que va a la playa y corre y grita y dibuja en la arena. Que tiene la piel más suave que he tocado. Que disfruta los sabores mientras chorrea aceite. Que me deja manosear sus pies, un fetiche que casi olvido. Que goza con el contacto de la naturaleza y de los animales. Que lleva gafas de abuelita con soberbia dignidad. Que balbucea con ternura en las noches. Que pega sus labios a los tuyos como si ambos pegamento tuvieran. Que tiene tan mal despertar que la hace real. Que te sorprende minuto a minuto porque ella no quiere aparentar nada, no le interesa. Ella es y para mí, no existe nada más valioso que la autenticidad.

Fueron tan sincrónicos esos días que arriba del bus de vuelta me comenta que no se quiere ir. En mi imaginario siempre había dibujado una mujer que pudiera cambiar sus planes sin complicaciones. Ni siquiera fui yo –ahora me siento más moldeado que ella- quien tuvo la iniciativa. Pero la seguí. Sin importar consecuencias ni resultados.

Esos días los vivimos juntos momento a momento. Sin etiquetarnos. Los vivimos como una aventura improvisada, de esas que si las organizas salen mal, porque el origen no está en la programación, si no en la utopía de la alegría soñadora.


Y es que hoy tras un par de días a la distancia ya siento una nostalgia amorosa. Gracias a la vida que me ha dado tanto decía Mercedes y es que sabiamente tenía mucha razón.

12/13/2016

Esa voz

No me gustan muchas, pero cuando dedicas minutos de tu vida, de un día, de este día a recordarla es porque pasa algo. Extraño, olvidado. Es esa voz.


Tiene un tono de voz que me evoca ternura inmediata. Es fresca e infantil, salta y se ríe.


Tengo un audio suyo. Un tesoro que deseo escuchar. Es que esa voz.


Fue esa voz que corrió a recoger damascos del árbol cuando faltó.


Una naturalidad sencilla. Una espontaneidad simple. Esa voz que imita, que juega. Esa voz que te observa y esos ojos honestos que te escuchan. Esa voz, suena cuan melodía en mi interior. Y se repite. La siento, la toco, me recorre y produce. Esa voz.

A su lado la diversión fue fácil. Ella navega en el contexto. Con esa voz. Esa voz disonante tan sonante. Esa voz me confunde. Me hace preguntas que responde ella. Linda, auténtica, única. Esa voz.


Como hermoso susurro me canta en la mañana. Un anclaje de imaginativa serenidad me posee. Esa voz de intimidad. Esa voz me gusta. Esa voz.

12/12/2016

Es como un rol que asumen

Si mi memoria no me falla ya había escrito sobre esto, si no, de todas formas hago mención nuevamente al peor gremio o grupo de personas protagonistas de la selva de cemento.
Yo no manejo mucho, no tengo auto ni me interesa uno, sin embargo, me impresiona como nos vemos afectados los otros -el entorno- por una actitud, una idiosincrasia generada por una tropa de histéricos.

Son los conductores -humano al volante-, esos que adonde pasan y por cualquier cosa tocan la bocina como si fuera un derecho patrio porque para ellos la culpa siempre es del otro. Además te suelen meter la nariz de sus autos con prepotencia, la impaciencia se nota en las calles con aceleración y curvas bruscas y la actitud agresiva es pan diario que se le ve en los gestos y en la mirada.

Los conductores son tremendamente inconscientes, no importa si sea el cuico o el flaite o el clase media o la etiqueta que pongas para el estudio sociológico. Al menos acá en Chile se creen con un poder inexistente de pasar a llevar al de al lado, esto sumado a la contaminación acústica y el estrés social que producen los transforma en agentes destructivos de la calma y la armonía, 2 cualidades carentes en nuestra sociedad.

Son también, en general, frescos y aprovechadores, se estacionan donde no deben, se toman un estacionamiento agresivamente aún cuando alguien estaba esperando desde antes -a muchos les importa un rábano si es una embarazada o un abuelo centenario- y como no, no respetan -o no del todo- la ley de tránsito. A mi en lo personal me molesta en especial el tema de las luces en la carretera.


Después cuando llegan a casa, se bajan del auto, juran a la vida que son personas normales como si su estela de estupidez fuera efímera, pero no lo es. Es como un rol que asumen, uno bien idiota, de que hay que ser así en las calles porque acá en Chile más encima el que es más calmado, con más cultura, más tranquilo, es un huevón. En cambio, el que responde al rol del conductor es audaz y jura que la está haciendo de lujo.

9/29/2016

En la escalera del metro

Debe tener unos veintiuno. Se veía melancólica. Usaba unos short cortos veraniegos, solo una tonalidad más oscuros que su piel, irradiante de brillo natural, provocaba intuir la libertad en su relato.
En sus brazos, delicada piel lisa, acurrucaba un cachorro pequeño, un bebe en formación, de no más que unas pocas semanas, sus patas inocentes se apoyaban sobre la curva suave de la joven. Ella masajeaba con sus dedos, despistada.
Subí la escalera y fue lo primero que vi.
Luego de reojo lo alcancé a el. Apenas dos pasos a la izquierda de la joven se afirmaba resbaloso en el circulo de metal falso de la baranda. Su expresión era de una extrema idiotez. La boca semi abierta, los ojos dubitativos, las mejillas chupadas y temblorosas. Una burla de ser humano.
Aparentaba disimulo. Lo hacía muy mal. Era notorio. El contraste me maravilló.

9/07/2016

Gracias

Hace una semana hice un poco de ruido y recibí comentarios de todo tipo; buenos, malos, lindos y feos. Hace un par de días, embestido por una lectura emotiva encadenada a varios de los comentarios y reflexiones, es que esta vez, me dedico solo agradecer.

Solemos agradecer para el día de…, para los cumpleaños, santos y cuanta fecha “especial” existe o se inventa, sin embargo, pienso que es insuficiente.

¿Cuándo uno le agradece a un amigo? ¿O a un desconocido? ¿A los hermanos? ¿Una sonrisa? ¿Un gesto o una mirada?

Me voy a remontar desde la familia. Cómo no agradecer a mis abuelos. A la Yaya y al Tata, la pareja de ancianos más hermosa que he visto. Él me hacía reír, me enseño voluntad social, manualidades, técnicas, materiales y disciplinas varias. Mi Tata era de esos únicos e irrepetibles que inundaban con una sonrisa cualquier ambiente. Un deleite de la bondad y de esa generosidad altruista. Mi Yaya es de esas Mater familia. Me acuerdo llegar al límite de cuestionarme si era correcto o no presentarle una polola –por las repercusiones, la lengua de la señora es brava-. La Yaya es una mujer que nunca comprendí de pequeño –nos retaba cuando los nietos abríamos el refri- pero que de mayor me hizo entender el mundo y su variado laberinto de diversidad. 

Ellos dos, con otros, germinaron a mis dos padres. Él un hombre esforzado, correcto. Es de esos de cuerpo y alma, hombres que dejan huella por la simple razón de que transitan entregándose por entero, sacrificando muchos de sus propios deseos, para mí, nada más valioso en la vida. Mi viejo es sencillo, con una mente inquieta -acompañado de un potente temperamento, que para bien, me ha ahorrado muchos miedos-. Mi padre, hijo de la Yaya, se terminó casando con la hija del Tata. Así no más. Ella –mi madre- es otra que responde a esa entrega sin barreras. Más emocional y de tacto, mi madre es una mujer que aprendió de la vida. Abierta al diálogo, a la tolerancia, a la paciencia. Tendría que hacer una inmensa lista para nombrar sus cualidades. Yo me quedo con esa lección de autenticidad de ser quien tú eres, como sea y donde sea. En ella, su esencia es su escudo.

Mis hermanos, dos y dos, son todos cual más diferente que el otro. De Chompy aprendo a diario esa capacidad de levantarse y tomarse las cosas con un humor irreverente. Del Trucker ese apoyo sin preguntas –bueno, con algunas ya que el cabro es medio curioso- y aprendí de él algo que yo no he vuelto a ver; dar a pesar del golpe. Con las mujeres es distinto –la Vic y la Tere-, las veo menores y en aprendizaje. Ellas representan otro tipo de enseñanzas, de esas cotidianas que vienen de otro género, que te sorprende. Eso, te abre los canales.

Hubo muchísima gente que agradecer entre todos estos años pasados. En mi memoria hay algunas mujeres que me han acompañado, tengo varias nanas muy queridas de mi infancia, cada una con lo suyo. Profesores dispuestos, compañeros ejemplares, anónimos de los que nunca supe sus nombres, solo lo que me dejaron. Jefes de calidad y algunos no tanto. Mis primos y tíos, una bomba de mucho. Amor entre lágrimas, fuertes reconciliaciones, tragedias y maravillas -particularmente esas cositas chicas que trae la cigüeña. Nunca he encontrado a los bebes lindos, pero puta madre que son tiernos- y además, puta madre que enseñan las guaguas y los niños chicos, son como docentes de la vida, ellos tienen el manual y los adultos se lo arrebatamos.

Me remonto hasta unos 4 años atrás. Yo tenía una inquietud que me carcomía. Me daban cucos cuando imaginaba vivir 2 años fuera. El proceso de decisión fue largo y torrentoso como altamar. Tres personas fueron vitales en mí partir: Chele, La Pita y mi estimado Chino. Ellos, como una posta atlética, me dieron coraje en su minuto cuando me faltaban algunos ml para llenar el vaso.
Allá aprendí cada día. Agradezco a la Kate que me recibió al llegar, a Paul el navegante que me demostró que no hay límites –es un sordomudo mágico que se dedica a navegar alrededor de Australia con la tufeta más fuerte que haya sentido en mi vida-, a Tomás Schlack que me sacó a pasear recién llegado, a la Carla, al Jose y al Mati que apañaron en Griffith, incluso al Cesar –un huevón extremo-. 

Luego vino Sydney, agradezco a Maack por acogerme en su hogar y poner siempre el otro cachete –sí, el del poto, es que es ateo- al Chago y a Carlitros que me ayudaron a establecerme con pegas dándome jornadas de tips; a la Poly, a Tania y a Melina que me confirmaron –antes que deduzas, lee: c-o- n-f-i-r-m-a-r-o-n- que la alta belleza no es por inercia tonta ni inherentemente superficial y a Milena le agradezco con cariño por regocijarme con su carácter jovial y su juventud.

Al Paul, al Scottie, al Stu, “La Tríada de la Locura” como los nominé, por ser tan claros en que hay estupideces muy malas que no vale la pena hacer y experiencias que es mejor evadir–ellos son el mejor ejemplo-. A Andy y a Vicky que me demostraron amor puro desinteresado –principalmente aprendí el concepto, la idea, de que esas personas existen en el mundo, están ahí-, y a Maggie, mi última jefa, tan grande como ella misma, dispuesta a repatriarme aún bajo su propio bolsillo.

Me costó llegar. Pude gracias a los amigos; el Bullo, El Seba, Pewe, Wholio, Luco, Benur, el Yene, el Memo, el Pipe, Andrés, la Verito, el Gonzo, el Coke, la Andrea, Julián. Cada uno a su forma me ayudó a levantarme. Menciono de nuevo a Chele por hacer comentarios tan incisivos cada vez y con ello lograr dejarme sin palabras. Lo agradezco porque es un mérito y es exclusivo de aquel chimpancé superdotado.

Finalmente agradecer a todos esos anónimos que quizás no les vi ni la cara, a todas esas personas que invisiblemente hacen posible que esto gire, a esos desconocidos dignos de fábula dispuestos a tender una mano sin juicio detrás, tal como mi estimado Claudio el sábado negro aquel.

También le agradezco a las plantas –que bueno, por mi bien, que existen-, a los árboles que me dejan atónito con sus texturas y formas y a los animales por sus comportamientos salvajes llenos de sublimes principios de la humanidad. Y no puedo olvidar agradecer a los autores que he leído que han desbordado mi cabeza de conocimiento y pensamiento más allá de lo evidente.


Y te agradezco a ti y te digo: antes de comentar reflexiona sobre las consecuencias. Me queda aún caleta de mucha imaginación y tonterías para llenar varias páginas más. Comenzó una nueva etapa. Gracias, tú.

9/05/2016

Evolución OK 28

Tengo una teoría sobre la evolución de las personas.

Cuando viajé, tuve que compartir, tanto por obligación como voluntariamente, con mucha gente de diferentes edades y culturas, razas e intereses.

Si bien yo ya venía moldeando este pensamiento, por allá en Australia se confirmó.
La cosa es la siguiente, aunque en psicología no hay definiciones respecto a esto, alrededor de los 28 años en toda persona occidental (principalmente los hombres) comienza una nueva etapa evolutiva en sus vidas.



Hay, luego de la pubertad -que no tiene en realidad fecha de término-, una post pubertad. Por mucho que los jóvenes desde los 21 hasta los 28 años pueden ser activos en la sociedad e incluso actores protagonistas en la misma, es desde esa última edad en adelante cuando cambian las perspectivas, los enfoques, las maneras.

Me refiero a que por ejemplo, puede haber un joven de 25 años brillante, muy instruido, con una relación de pareja estable y una posición general muy cómoda. Es hasta los pre 30 cuando el joven comienza a entender sus decisiones y como potenciarlas, es la edad en la que ve con otros ojos los desafíos, donde la inteligencia emocional se vuelve necesaria, donde se ve envuelto en los problemas espirituales más profundos.

Las mujeres también responden a este paradigma, aunque son más alternativas. Por el tema de la maternidad y otras condiciones de género, las mujeres se toman el proceso con mayor libertad. Las tendencias indican que ellas adelantan este proceso inconscientemente, porque a los “30” ya se sienten viejas.


Esta teoría se podría comparar y complementar con definiciones formales de la edad, en especial -o el que tengo más identificado- es el de las visas internacionales, procesos en el que el período de edad desde los 28 años hasta los 31 es clave para prácticamente todos los países.